FFWD
6:30: el sonido repetitivo y estridente del despertador inunda la habitación de Wences y le rompe el sueño. “Diez minutos más” –se concede en voz alta alargando el brazo y pulsando una tecla que sirve para eso, para demorar la alarma diez minutos. Tras lo que le parece un abrir y cerrar de ojos, el sonido vuelve a inundar la habitación y a partirle el sueño definitivamente. Las 6:40: “¿Ya?” se queja con amargura mientras se incorpora y silencia para siempre el despertador que llevaba tiempo sin necesitar. No lo recordaba tan molesto. Wences lleva años jubilado, y suele despertar cuando se le acaba el sueño, aunque rara vez más tarde de las ocho de la mañana, la gente mayor duerme poco, pero este día debe madrugar para acudir a una revisión médica que le han programado, muy a su pesar, a primera hora de la mañana. Tras desperezarse, salta de un bote de la cama exclamando “¡No puede ser!” cuando ve que su enemigo marca las 7:12. Decide no ducharse para ganar tiempo a pesar de ser cons...